Diseño web: lo que ayer vendía, hoy es más feo que pegar a un padre

El diseño web ha cambiado tanto que ya no nos reconocemos ni a nosotros mismos...

El futuro ya no es lo que era

Hablar de web significa hablar de cambio, tendencias, diseño y dinamismo. Me atrevería a decir que el diseño web es de las cosas que más rápido ha ido cambiado desde sus inicios.

La primera web del mundo vio la luz hace más de dos décadas, el 30 de abril de 1993. Fue publicada por el CERN de manera gratuita para que todo el mundo pudiera utilizar esa innovadora tecnología. Sin este hecho “altruista”, es probable que yo no pudiera estar escribiendo estas líneas ahora mismo.

Desde esas webs totalmente vacías de estilo, básicamente porque aún no existía la tecnología para estilizar páginas web, hemos sufrido una evolución desenfrenada.

Desde esas webs totalmente vacías de estilo, básicamente porque aún no existía la tecnología para estilizar páginas web, hemos sufrido una evolución desenfrenada.

El ataque de las tablas

Durante la época de los 90 y buena parte de los 2000 hemos SUFRIDO el ataque brutal de las tablas. Tablas dentro de tablas y dentro de tablas para conseguir fantásticos sitios web como este.

Y qué decir sobre esos maravillosos GIFs rotativos y brillantes, con esos colores tan bien escogidos para la comunidad daltónica. En aquella época, las webs solo estaban al alcance denuestro querido primo el sabelotodo, y ahí tenéis los resultados. Apuesto a que os encantan.

Otro requisito fundamental para una web de la época que se precie, son los famosos contadores de visitas. Así podíamos sacar pecho con nuestros acérrimos seguidores y enseñarles lo guays que éramos y el montón de visitas que teníamos.

El flash contraataca

Después de toda esa vorágine inicial, en la que todo en Internet era nuevo y genial y podíamos hacer todo tipo de guarradas, llegó el todopoderoso imperio Adobe y su tecnología Flash. Pasamos de hacer GIFs cutres y poder tener animaciones, zooms, mapas interactivos, vídeos, juegos… Algo que ni siquiera podríamos imaginar. Un buen ejemplo lo tenemos en nuestra propia casa. No apto para móviles, lo sentimos :).

La tecnología Flash fue toda una revolución y hasta que Google y Apple no se han puesto serios y han dicho que el Flash no se ve en sus teléfonos porque les come la batería, aún podríamos estar viendo estas joyas en nuestras pantallas.

La venganza de los blogs

Un día te despiertas por la mañana y tu abuela tiene un blog. Ese día realmente te das cuenta de que todos los planetas van a colapsar más pronto que tarde. Es el antiguo “mi madre tiene Whatsapp y me va a estar controlando todo el día”. Y no solo es que tu abuela tuviera un blog en el que contar sus nuevas técnicas de ganchillo y la trepidante historia del primer beso con tu abuelo; es que los blogs empezaron a evolucionar y se convertían en monstruosas webs en las que no sabías si estabas leyendo un post o la historia de la empresa.

Además estaban esos geniales gestores de contenidos como Joomla, Drupal, WordPress… pensados para tener un sencillo blog pero que, tras meterle unos 47 plugins, tenía soporte para “El vídeo aleatorio de gatos del día” que poner bien visible en la barra lateral de tu página.

El despertar de los estándares

Y llegamos a la época actual por fin, después de hacer un brevísimo repaso sobre algunos de los mayores clichés de la historia de la web. Los estándares web existen desde la primera web del mundo, aunque siempre nos hemos olvidado de ellos.

Nos permiten hacer que en un mundo tan poco estandarizado como el actual, en el que trabajamos con un ordenador, leemos en una tablet y nuestro mejor amigo es un smartphone, podamos consumir contenidos de nuestros sitios web favoritos en cualquier momento sin perder nada de información.

Gracias a todo esto, es posible hacer que un sitio web sea bonito, atractivo, multidispositivo y sorprendente a la vez. Ejemplos tenemos a montones y los sitios web actuales cada vez están mejor desarrollados y son más profesionales.

Desarrollar un sitio web es un trabajo multidisciplinar, requiere de la combinación de muchos factores y de mucho esfuerzo colectivo para que se vean buenos resultados. Afortunadamente, cada vez nuestra profesión está mejor valorada y vamos dejando de ser “esos frikis informáticos“.