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Cómo convertir tu web en una máquina de vender

Desde hace ya unos años para atrás, ha entrado un nuevo comercial en las empresas: su página web.

Hemos pasado de webs meramente institucionales, aquellas que se limitan a explicar qué es la empresa, sus servicios y dónde estamos, a auténticas herramientas para la captación de clientes potenciales o leads.

Ya no estamos en Internet porque “hay que estar”. Ya se está porque tenemos que vender y, ahí, se puede vender (y mucho).

El cambio de outbound marketing (“te persigo”) a inbound marketing (“me encuentras”) ha sido clave para esto. Y Google y las redes sociales han tenido gran parte de culpa en esto también. A continuación lo veremos.

La saturación de los medios hace que las empresas no puedan bombardear a sus clientes potenciales, ya que estos están más que hartos de no tener intimidad, de que les ataquen por doquier y, en definitiva, cansados de una oferta abrumadora (la cual, en muchos de los casos es de productos/servicios que no les interesan para nada). Son los clientes los que, cuando tienen problemas, algo que solucionar o algo que creen que puede funcionar mejor, se ponen a la búsqueda, caza y captura de una empresa que les encaje en servicio y precio. Y eso, lo hacen por Internet (y no solo los millenials o los nativos digitales…) porque es fácil y rápido.

Convertir una web en una máquina de vender, no es tarea fácil. Son muchísimos los factores que hay que tener en cuenta pero, si se llevan a cabo correctamente, es muy difícil no tener éxito, no captar clientes y, sobre todo, no recuperar (y con creces) la inversión efectuada.

No hay que pensar la web como un ente independiente, sino como “algo” que se integra y forma parte de toda una estrategia comercial. Uno más en el equipo. Uno más al que hay que “darle para poder recibir”.

Tu web es tu mejor presentación: organiza su contenido

En primer lugar, es necesario saber cómo vamos a comunicar qué es nuestra empresa, cuáles son nuestros servicios, en qué podemos ayudar a quien nos está buscando. Y esto hay que explicarlo de forma sintetizada, clara y que, en un segundo, entre por los ojos al cliente potencial (visitante de la web) y capte su atención. Una vez captada su atención, tenemos que ser capaces de que pueda bucear en más información (si es que le interesa) y, sobre todo, incentivar que contacte con nosotros. Ese es el gran objetivo de nuestra web: conseguir que leads (clientes potenciales) cualificados (es decir, que realmente quieran contratar nuestros servicios), contacten con nosotros.

Tu web tiene que ser el lado más fotogénico de tu empresa

Para conseguir lo anterior, tenemos que ser capaces de saber comunicar qué hacemos/qué vendemos. Una vez que lo tenemos claro, hay que saber transmitirlo de una forma gráfica atractiva (branding), que comunique no solo con palabras, sino también con un diseño gráfico profesional y serio, que transmita confianza al visitante.

Planifica desde el principio… para no cambiar tu web en 6 meses

A la hora de desarrollar nuestra web hay que tener muy claro conceptos técnicos como en qué lenguaje de programación la vamos a desarrollar, si necesitamos o no un gestor de base de datos, cómo vamos a guardar la información de los leads que captemos, qué estructura SEO debemos llevar a cabo desde el inicio para trabajar desde el minuto cero el posicionamiento natural, cómo podemos hacer que nuestra web tenga una rápida velocidad de carga, qué estructura vamos a llevar a cabo que nos permita la realización de campañas online de forma fácil y operativa en el futuro y, en definitiva, un sinfín de tecnicismos que, si no se efectúan correctamente, dificultarán enormemente que nuestra web pueda vender.

Si tu web no está optimizada para móviles… ¡Estás muerto!

Hoy en día resulta vital que nuestra web sea responsive, es decir, que contenga diferentes versiones para los diferentes dispositivos móviles que existen en el mercado (smartphones y tablets), así como que cuente con un estudio de usabilidad profesional, de tal forma que el visitante, independientemente de sus conocimientos tecnológicos, pueda navegar intuitivamente por la web, se encuentre cómodo y tenga una experiencia positiva, factor clave para, primero, contactar con nosotros y, segundo, convertirse en prescriptor (recomendarnos a terceros).

Tu web debe ser amiga de tus redes sociales

Nuestra web tiene que estar pensada para funcionar en paralelo con toda nuestra estrategia de Social Media (redes sociales como Facebook, Twitter, YouTube, Instagram, LinkedIN…), así como con apartados dinámicos en la misma (noticias, blog, artículos de todo tipo…). Si no es así, no seremos capaces de generar tráfico intenso (muchas visitas) hacia nuestra web. Y, sin muchas visitas, difícil será conseguir que sea rentable.

Tu web debe ser el objetivo de todas las campañas online

Nuestra web debe de ser el epicentro de toda estrategia online, por lo tanto tiene que estar pensada para que podamos efectuar y llevar a cabo toda una estrategia SEM (Search Engine Marketing), es decir, ser capaces de convertirse en receptor de las campañas de anuncios por clic en Internet, a través de los buscadores más comunes como puede ser, por ejemplo, Google (Adwords). Tenemos que ser capaces de diseñar una estrategia SEM que implementemos de forma fácil sobre nuestra web. Esa estrategia, como comento, hay que implementarla, medirla e irla actualizando a medida que nuestros visitantes nos van proporcionando información.

Tu web está viva… el contenido es su gasolina

Es importante destacar que no solo basta con diseñar y desarrollar los puntos anteriores. La web es un “ser vivo” que no puede parar nunca. Tiene que ser dinámica, tiene que tener contenido atractivo y de valor, llevar tu blog con creatividad es importante. Tenemos que seguir invirtiendo en publicidad online, al igual que a los integrantes del equipo comercial les pagamos cada mes su nómina.

Mídelo todo, todo, todo…

Además, nuestra web tenemos que medirla, estudiarla, hacer modificaciones y ver cómo funcionan, qué flujo siguen nuestros visitantes, cómo llegan a la misma, cuánto tiempo permanecen en ella, qué les interesa y qué no…

Si no se entiende así, es mejor que no se haga nada. Sería quemar el dinero y, eso, a nadie le interesa.

Como podemos ver, que una web venda es factible, siempre y cuando su diseño y estructura inicial se efectúe con conocimiento y cuando, posteriormente, se siga invirtiendo en la misma y en el “canal online”. Es algo que como agencia de publicidad hemos comprobado con nosotros mismos y con cientos de clientes!

Neozink
2024-11-11

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