Con la crisis que hemos vivido y seguimos viviendo, parece ser que la solución a todos los males de este país es convertirse en empresario y crear una empresa.
No entro a discutir la visión pero sí que discrepo del “fondo” y la comunicación que se ha llevado a cabo a toda la sociedad.
El empredimiento ¿significa ser empresario?
El emprendimiento (término que, lo siento, pero no me acaba de encajar, sintiéndome más cómodo con el anglosajón “entrepreneurship”) no significa, desde mi punto de vista, ser empresario.
Para mi, un emprendedor consiste en ser profesional. Ni más, ni menos.
Un profesional es una persona que tiene ilusión por su trabajo, que le gusta y disfruta con lo que hace, que se preocupa cada día por ser mejor, que quiere evolucionar, que estudia a sus competidores, a su sector, que su filosofía de vida se centra en la proactividad, en hacer, mejor que hablar, en conseguir, más que quejarse.
Y, para todo lo anterior, no hace falta crear una empresa ni ser empresario.
¿Qué implica ser empresario?
Hago este post porque ser empresario implica tener que dedicar tiempo y energía a funciones totalmente ajenas a tu perfil profesional. Son muchos los profesionales como la copa de un pino que he visto estrellarse, desgraciadamente, al crear una empresa.
Crear una empresa significa estar dispuesto a sacrificar esfuerzos dirigidos a labores de administración, gestión, control, medición, financiación, personal, tributación y un largo etcétera que, además, en este país, se hace aún más difícil y poco práctico.
Si un profesional encuentra una empresa que le permite hacer todo lo que anteriormente especifiqué en la definición del término, habrá encontrado una forma de emprender que nada tiene que ver con crear una empresa. Podrá centrarse en lo que verdaderamente le gusta, tener capacidad para que se escuchen y apliquen sus opiniones en la compañía, ver crecer sus proyectos profesionales, formarse, vivir con intensidad cada día sin necesidad de preocupaciones adicionales. En definitiva, conseguir el tan ansiado “emprendimiento” sin tener que acudir a la “ventanilla única” para solicitar un CIF.
La sociedad actual está dando un giro vertiginoso en el que el “escaqueo”, los “puestos injustificados”, las “reuniones improductivas”, los “papelones”, los “discursos vacíos” y un largo etcétera de actitudes/acciones van formando parte del pasado (más rápido de lo que algunos se creen).
¿Qué demandan las empresas?
Las empresas demandan, cada vez más, profesionales, que tengan un proyecto de desarrollo en su ámbito de actuación, dotándoles de los medios y estructuras adecuadas para que den rienda a su energía, canalizándola correctamente y haciendo que su proyecto y el de la empresa a la que entran a formar parte crezcan exponencialmente. Sin pérdidas de tiempo, aprovechando los recursos que cada parte puede aportar. En definitiva, siendo pragmáticos.
Si tú, ávido lector de este post, quieres emprender, las puertas de Neozink están abiertas. Todo lo anterior no es un “papelón”.