Kids marketing
¿Te imaginas a un consumidor que quiere comprar todo lo que ve y que no le importa lo que cuesta? ¿Te imaginas que ese consumidor tiene la capacidad de arrastrar a todos los que están a su alrededor e influir en su compra? Pues no es un sueño. Ese consumidor puede ser tu hijo o tu sobrina.
Los niños son bombardeados por mensajes de marca casi desde el nacimiento: en el packaging en los supermercados, en las películas, en los juguetes de regalo en los restaurantes de comida rápida, en la colocación de productos en películas, en los anuncios en la televisión, en Internet…
No es de extrañar, entonces, que niños con tan solo dos años, ya reconocen logotipos y marcas específicas, comenzando a pedirlas tan pronto como empiezan a hablar.
Marketing infantil: El consumidor de hoy y de mañana
Los niños son un objetivo prioritario para las marcas porque, además, tienen una influencia importantísima sobre las compras familiares. Un estudio en Canadá de YTV's Tween Report revelaba que, si los niños de 9 a 14 años gastaban 1.900 millones de dólares al año, influían en compras por valor de 20.000 millones de dólares a sus familias.
Si un niño pide 37 veces al día durante una semana un juguete concreto, hay un elevado porcentaje de probabilidad de que se acabe comprando. En ofertas de ocio infantil, ese porcentaje es aún más elevado, por ejemplo, para decidir a qué centro comercial vamos el próximo sábado o a qué restaurante vamos a comer el domingo.
Hasta los cuatro o cinco años, la mayoría de los niños no entienden que hay una diferencia entre el entretenimiento y la publicidad. Observan anuncios y programas de televisión con la misma atención. Anuncios publicitarios dirigidos a este grupo asocian el producto o marca con la diversión y la felicidad, en lugar de hablar de hechos reales del producto. En el tramo de edad de ocho a doce años, empiezan a entender el propósito de los anuncios, pero siguen siendo vulnerables a ellos.
Como resultado, ahora hay todo un segmento de la industria del marketing dedicada a encontrar la manera de vender cosas a los niños o a utilizar al niño para vender cosas a los padres…
Marketing para niños
Los códigos, los diseños, el lenguaje, el estilo de comunicación, los soportes, el sentimiento de pertenencia a una comunidad, la creación de mascotas o personajes de ficción son herramientas que hoy se utilizan para conseguir esos objetivos.
Esto es lo que llamamos kids marketing y supone colocar al niño en el centro del mensaje para conseguir un objetivo, el cual puede ser muy diverso: vender un producto infantil (un juguete determinado), vender un producto familiar (unas galletas determinadas), conseguir atraer a un lugar concreto al target familiar (un centro comercial o una cadena de comida rápida), influir en la elección de un producto y que ese producto te acompañe el resto de tu vida (eres de Cola-Cao o Nesquik?)…
Por ello, aunque no es algo que los que nos dedicamos al marketing nos guste contar, una de las formas más exitosas de vender algo a los padres es utilizando a sus propios hijos.
¿Quieres ver algunos ejemplos? Te enseñamos ejemplos de kids marketing