Día "D".
8:45 horas. Una fría mañana de enero. 34 personas, divididas por grupos, en distintos coches y en distintos lugares de Asturias esperan órdenes. Nadie sabe lo que va a pasar, dónde van a ir (bueno… algún organizador sí, pero tienen un código de silencio bajo riesgo de decapitación que ya viene en su contrato…). Una maleta y unas recomendaciones de vestuario previas son todo lo que tienen. Algunos grupos se retrasan para juntarse y las órdenes tardan en llegar al grupo de Whatsapp…
9:15 horas. Llega el mensaje: “La Nueva España” (para los que lo desconozcan, es el nombre de un periódico asturiano). Nada más. El grupo de Whatsapp echa humo. Los más listos descubren que hay un anuncio con una pista publicado en la edición impresa de ese día. Se callan como… Pero (casi) todos parecen listos y, en breve, empieza la carrera hacia el destino. Así empieza la Neoconvención 2017.
"La Neoconvención
se nos está yendo de las manos.
Ya es un hecho"
Realmente todo empieza un día antes. Las lanzaderas salen desde Madrid y A Coruña hacia Oviedo. Se les recibe con una comida en la oficina de Asturias. Hay bajas entre los #neocreyentes, algunas por felices maternidades, otros por felices vacaciones y, otros, por enfermedades sobrevenidas… Sin embargo, se beben ¿¿150 cervezas??… Tras la comida, aún con las cervezas en la mano, comenzamos una breve y rápida reunión de todos los directores de departamento. Seis horas después finaliza la reunión (menos mal que quedaba pizza fría y pasteles de la comida…)
Seguimos con el Día “D”…
10:00 horas. Como todos son “bastante” listos, comienzan a llegar al espectacular Palacio de la Magdalena, en el bonito pueblo de Soto del Barco, el lugar elegido este año. Las habitaciones preparadas… ¿Con quién me tocará este año?
Como buenos #neocreyentes, empieza la reunión en la capilla. No podía ser de otro modo. Este año todo gira en torno al FUTURO y… a la MAGIA, para poder conseguir cosas extraordinarias (spoiler). Aunque estemos en la capilla del Palacio hay poco sermón y mucha diversión. Las presentaciones unen risas, videos apoteósicos hechos por cada departamento, emociones, arengas, objetivos cumplidos y objetivos (¿imposibles?) para el 2017. A media mañana empezamos a comer con un desayuno con vistas. La gente come como si no hubiera mañana. Pero SÍ, lo hay…
15:30 horas. Tres horas después nos vamos a comer al restaurante Puerto Chico, en San Esteban de Pravia, un hermoso pueblo con puerto. La deliciosa y “escasa” comida (fabada incluída) invitaba a una gran siesta de pijama y orinal pero NO, ya no son horas. Regresamos a nuestro palacio particular.
19:00 horas. Del coche al salón del sótano. Llega la hora de la magia. Todos tenemos que hacer magia en el 2017. Tenemos que aprender. Comienza el más increíble taller de magia que podíamos imaginar. Risas, incredulidad, risas, asombro, risas, gritos y risas de mano de Rafa Piccola… Lo que se dice una puta experiencia! Lo que pasó quedará para el recuerdo…
21:00 horas. Tras la magia, quien quiso, disfrutó de un concierto de Jazz y gintonics en el patio del Palacio. Quién no, se fue a la habitación para prepararse para la guerra.
22:45 horas. Lanzamiento de fuegos artificiales “alegales”. Sí fuegos artificiales, somos así. No, no pedimos permiso. Comienza la cena. También todo muy “escasa”, es decir, como una boda (de las del norte). Después, espectáculo en el escenario… ¿De qué?… de MAGIA con mayúsculas, acabando con sorteos y regalos.
2:00 horas. Comienza la fiesta. Nadie bailó (ni la rubia, ni el Miguel Bosé…), nadie se cayó, nadie dio espectáculo en el escenario, nadie cantó, no hubo exaltación de la amistad, ni cantos regionales, no hubo un mago haciendo magia de cerca hasta las 6:30 de la mañana y, por supuesto, nadie bebió (ni el mago). Tampoco casi nadie durmió. Lo que sí hicimos fue enviar un mensaje por Whatsapp a las 4:40 para suspender un descenso de acantilado que teníamos programado para el domingo. Ante todo: SEGURIDAD!
7:00 horas. Los últimos tomaron por asalto un salón del palacio para jugar al ajedrez a las 7 de la mañana. Hasta aquí puedo leer (escribir).
Y así quedará para el recuerdo (los que se acuerden de algo). Un año más conseguimos reír, llorar, divertirnos y vivir todos juntos, que es como nos gusta estar. Somos diferentes y somos un equipo. Un fin de semana “mágico” para convertir 2017 en otro año extraordinario. Y, por cierto, SÍ, bebimos por la noche. Concretamente, casi 200 copas. #creenenNeo
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