Una de las frases más conocidas en la Historia de la Humanidad es “el papel lo aguanta todo”. Y si es conocido y famoso este “axioma” no es por otro motivo que por el hecho de las grandes decepciones que se producen cuando algo se lleva desde el plano teórico al de la cruda realidad. Seguro que el lector ha sufrido, sufre y seguirá padeciendo este mal endémico de nuestra especie, el cual tiene toda su lógica y sentido, partiendo de que nuestro planeta y la vida es complicada en sí misma y, por tanto, resulta harto complejo ser capaz de aglutinar todas las variables de una situación real en un simple extracto documental.

Cuando una empresa solicita a una consultora o agencia la elaboración de un plan de marketing, hay que ser consciente de que está poniendo en sus manos uno de los grandes pilares estratégicos de su negocio. Es por ello que hablamos de una labor de alto nivel de criticidad, que merece ser llevada a cabo con muchísima cautela y responsabilidad.

Que una misma empresa genere el plan de marketing y a la vez sea la responsable de su implantación otorga al cliente un plus de seguridad. No solo por el obvio hecho de que la agencia o consultora se preocupará “muy mucho” de que todo lo que pone sea “implantable”, realizable, medible, consensuable, etc. sino por todo el razonamiento que, a continuación, paso a describir.

Elaboración del plan de marketing

El hecho de que una sola agencia / consultora diseñe el plan de marketing y lo implemente supone eludir otro de los “grandes males de la Humanidad”: la pérdida de información en la comunicación. Todos sabemos lo que sucede cuando un mensaje pasa de un emisor A a un receptor B. La información no es la misma que si el mensaje no se transmitiese: se pueden perder detalles, efectuar interpretaciones erróneas, pasar por alto aspectos críticos y, en definitiva, la información de la que parte el receptor B no es idéntica a la que emitió, valga la redundancia, el emisor A. Máxime cuando, además, la información, en el caso que nos ocupa, no es simple ni sencilla.

Ejecución de un plan de marketing

Hay que tener en cuenta que la elaboración de un plan de marketing no es una labor fácil. Supone comprender el sector del cliente, sus puntos fuertes, sus debilidades, cómo estructura y comunica su portfolio de productos/servicios, la competencia existente, fijar objetivos, definir procedimientos, métricas…

Es decir, hablamos de un servicio complejo cuyas conclusiones, efectivamente, se plasman en un documento (el plan de marketing) pero existe algo más importante aún: el profundo conocimiento que el equipo de trabajo de la agencia o consultora ha obtenido del cliente en todo este proceso. Aprovechar esta situación para que este mismo equipo sea el que efectúe la implantación de las conclusiones del plan supone aumentar exponencialmente la probabilidad de éxito, ya que es entonces cuando la agencia funciona como una extensión tangible y real del departamento de marketing del cliente.

Y es así cuando los resultados empiezan a hacerse visibles con mucha mayor rapidez, al haberse partido de un proceso que asegura unos cimientos sólidos para garantizar resultados consistentes en el medio y largo plazo.